lunes, 3 de agosto de 2009

Mientras los católicos antiaborto fondeaban su protesta con el sonido intermitente de un bebé llorando y cargaban en sus hombros pequeños ataúdes de color blanco, las agrupaciones feministas exigían "educación sexual para decidir", "anticonceptivos para no abortar" y "aborto legal para no morir". Todo se desarrolló en el Hemiciclo a Juárez, un monumento levantado a la memoria del presidente Benito Juárez, y sobre la calle Tacuba, en el Centro Histórico, donde ambas partes, con su ideología y sus posturas religiosas y científicas informaban a la gente por qué apoyar o rechazar el aborto.

"El aborto clandestino es una práctica común en todos los niveles de la sociedad mexicana, y las mujeres pobres son las más afectadas, las que tienen menor preparación educativa y las que no cuentan con acceso a clínicas especializadas, por lo que terminan recurriendo a prácticas insalubres", destacó la organización Católicas por el Derecho a Decidir en un documento que circuló en el mitin.

"Es un asesinato", se limitaron a decir los más conservadores, que incluso llevaron a ese mitin a mujeres embarazadas, pese a que el recinto legislativo estaba custodiado por granaderos dispuestos a poner el orden a toletazos si se registraba algún disturbio.

De acuerdo con Católicas por el Derecho a Decidir, legalizar el aborto mejorará las condiciones de salud y calidad de vida para las mujeres, les permitirá contar con mayor información y la interrupción del embarazo se realizará en condiciones médicas oportunas, seguras e higiénicas, lo que disminuirá las muertes o las secuelas físicas causadas por abortos mal practicados.

"¡Aborto sí! ¡Aborto no! ¡Eso lo decido yo!", gritaron decenas de mujeres y hombres que portaban camisetas y pancartas con mensajes alusivos a la despenalización.

Con este contexto, la diputada federal del PRD, Maricela Contreras, consideró que la iniciativa aprobada en la ALDF debe ser un ejemplo a seguir en los estados, para ampliar las causales del aborto, reformar la ley de salud en este sentido y cambiar también el código de procedimientos penales que tipifica el aborto como delito en todo el país. Sostuvo que esta es la primera parte de las reformas que se hacen "por el bien de las mujeres".

"Que ninguna mujer ponga en riesgo su vida. Tenemos derecho a la salud. Nosotras decidimos", expresó. "Saquen los rosarios de mis ovarios", era la consigna de alrededor de 15 mujeres que se quitaron el sostén y lo quemaron por la "libertad a decidir" cuando se enteraron que se había despenalizado el aborto.

Hace unos días, el cardenal Norberto Rivera, Arzobispo Primado de México, lanzó un llamado a la comunidad médica del país para que los profesionales ejerzan el derecho de objeción de conciencia y se nieguen a practicar abortos a las mujeres que lo soliciten. Algunos médicos entrevistados por Terra Magazine señalaron que no aceptarán practicar abortos por cuestiones de ética y moral, ya que su profesión es "salvar vidas, no destruirlas". Sin embargo, la Secretaría de Salud del Distrito Federal afirma lo contrario: ya están capacitando a personal para atender la demanda, a partir de la regularización de los abortos clandestinos que implicará la puesta en fuincionamiento de la ley. Catorce hospitales de la ciudad brindarán el servicio. Mientras tanto, el debate continúa.

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